- Fecha y lugar de publicación:
- Mayo 30/2012, Austin, Texas USA.

El desierto y su intenso calor se tragaron la juventud de Yaressi Sarai Morín Morales. Sofocada, asfixiada y con paro cardíaco, perdió su vida en el lugar que menos esperaba.
Nació en Monterrey, México. Creció y se educó en Estados Unidos, fue deportada, murió en el desierto y ahora su cuerpo descansa en el cementerio de Austin. Tenía 20 años recién cumplidos, (20 de abril), y toda una vida por delante, pero tomó una decisión apresurada, de esas que se toman impulsivamente en plena juventud. Ella murió en los brazos de su primo Edgar Lara Moran, el 20 de mayo. Esta es la historia de una joven mujer que llegó a Estados Unidos cargada en los brazos de su madre, cuando apenas tenía seis años.
Estos hechos son semejantes al de miles de jóvenes inmigrantes que no escogieron su futuro. Viven indocumentados en los Estados Unidos, porque las decisiones de los padres los ubican en un limbo migratorio, que apenas logran entender cuando ya empiezan a ser adultos. Se dan cuenta que no son de aquí, ni son de allá.

La intranquilidad de la adolescencia
Hace 14 años Guadalupe Morales cruzó la frontera con dos de sus hijos. Heriberto Morín, su hijo mayor y Yaressi Sarai, que tenía 6 años. “Yo crucé la frontera, cerca de Piedras Negras, en mis brazos traía cargada a Yaressi, mi niña era muy pequeña y estaba cansada de caminar. Crucé con ellos dos el río” dice la madre que también recuerda que esa época en medio de tanta dificultad, fue algo fácil pasar a Estados Unidos. “Ahora es mucho más difícil para los inmigrantes y son mayores los riesgos de que los atrapen” expresa la sobrecogida madre.
La familia se estableció en Austin desde su llegada y por circunstancias personales, hace seis años el padre de Yaressi se fue de la casa y para la adolescente esta decisión la afectó tanto, que empezó a cambiar el comportamiento. Buscó nuevas amistades y en ellas no encontró la paz y los buenos consejos que necesitaba, explica su madre Guadalupe: “Mi hija tubo en cambio muy brusco con la partida de su padre de la casa. Ella y el papá eran muy unidos. Yaressi estaba muy pendiente de él y se apoyaban en todo, pero eso cambió radicalmente para ella y se desestabilizó con la ausencia de él”. A esto se sumó que encontró una amistad que la sacó de su rumbo familiar: “Mi pequeña y yo llevábamos una vida muy sana, teníamos una muy buena relación. Éramos madre e hija y buenas amigas”.
En sus asuntos personales siempre fue responsable, buena estudiante y sacó buenas notas. Tenía planes de estudiar leyes, para enfocarse en el tema de inmigración. Hasta los 16 años su vida fue muy tranquila. Pero una amistad con una mujer mucho mayor que ella, pienso que la desorientó y yo luché para que eso cambiara, pero la situación se me salió de las manos”.
El primer arresto y sus consecuencias
Yaressi llegó hasta sus 20 años y de los 14 que vivió en Estados Unidos no logró la estabilidad por ser indocumentada. Cuando cumplió los 18 se fue de la casa y se independizó. Como joven se divirtió y en su trajinar por la vida nocturna, fue arrestada por unas infracciones que había cometido. No se presentó a la corte y empezó a tener dificultades para hacerse responsable de estos asuntos. “A ella antes ya la habían arrestado y logró salir porque el abogado de inmigración hizo su trabajo, pero ella tenía que seguir presentándose a la corte, porque estaba bajo fianza, pero desobedeció”., explica la madre.
“Tubo otro percance el día 9 de mayo y la arrestó la policía” dice la señora Guadalupe. Ese mismo día del arresto, justo antes de celebrarse el día de la madre, su hija la llamó, para informarle, lo que estaba pasando y le hizo saber que sería deportada. Esta vez el abogado de inmigración no logró detener la deportación. “Ella me llamó muy angustiada y recuerdo que me dijo…. ‘Mamá solo te he traído problemas y ahora te tengo este regalo desagradable de día de las madres, me han arrestado…’, yo muy triste solo atiné a decirle, cuídate hija y me estás llamando”. Explica entre llantos Guadalupe.
El calvario de Yaressi y sus últimas horas. (Los 12 días).
Entre el 9 de mayo, (día del arresto) y el 20 de mayo, cuando intenta cruzar la frontera para regresar a Estados Unidos, Yaressi vivió un agitado margen de tiempo de 12 días, que no le permitieron estar fuerte para enfrentarse a cruzar una zona desértica, bajo altas temperaturas y caminando. Es decir todo un calvario. Esta es la cronología de sus últimos días entre Estados Unidos, la frontera y México e intentar ingresar de nuevo sin haber descansado lo suficiente para enfrentarse a un reto tan hostil e impredecible como lo es, cruzar la frontera.
Mayo 9- miércoles
Arrestan a Yaressi cerca de las 11 am y la llevan a la cárcel, mientras su familia contacta al abogado. Duerme en la cárcel la noche de este día.
Mayo 10- jueves
Permanece en la cárcel, la firma de abogados trabaja en el caso. Duerme esa noche en la cárcel.
Mayo 11- viernes
Permanece en la cárcel y recibe la información que será deportada. Duerme en este lugar
Mayo 12 – sábado
La trasladan a la cárcel de San Antonio, duerme en la cárcel de esta ciudad.
Mayo 13- Domingo
Desde la cárcel de San Antonio es deportada a México y llega a Piedras Negras en horas de la mañana del lunes.
Mayo 14 lunes
Permanece en Piedras Negras y de esta ciudad, el mismo día, sale para Monterrey.
Mayo 15. Martes
Llega a Monterrey en horas de la madrugada de este martes, a las 3 am y la recoge la tía Argelia Morales, hermana de Guadalupe.
Mayo 16 miércoles
Permanece en Monterrey y sale a conocer su ciudad natal, en compañía de su prima de la misma edad y duerme en esta ciudad.
Mayo 17 jueves
Sale para el estado de Guanajuato y llega a la ciudad San Luis de la Paz para hacer contacto con la persona que le ayudaría a cruzar la frontera, pasa la noche en esta ciudad. por unas horas y sale rumbo a Piedras Negras, pasando de nuevo por Monterrey.
Mayo 18 viernes
Llega a Piedras Negras, con un grupo de siete personas dirigidas por un ‘coyote’.
Mayo 19 sábado
Permanece en Piedras Negras y a la madrugada del domingo salen rumbo a la frontera para intentar cruzarla.
Mayo 20 domingo
En la travesía y ya estando dentro de Estados Unidos, según testimonios de su primo Edgar Lara, envía mensajes de texto y llamadas, diciendo que Yaressi empieza a tener problemas de ahogo y asfixia. Pide ayuda para que los busquen y ya llevan algo más de dos horas de camino a pie, la temperatura estaba a más de 90 grados f. Caía la tarde y Yaressi agonizaba en los brazos de su primo. En la noche, a las 10:30pm su corazó deja delatir. El lugar donde ocurrió la tragedia fue cerca de la ciudad de Eagle Pass, frontera con Piedras Negras.
Testimonios de familiares
Según las llamadas que realizaron, tanto Yaressi como su primo, y de acuerdo a los mensajes vía celular, que recibieron varias personas de la familia materna y paterna, Yaressi llevaba más dos horas del trayecto y le esperaban 18 horas de camino a pie. Ya eran las horas de la tarde cuando no pudo más, se desmayó y su primo Edgar habló con el ‘coyote’, este le dijo que la cargara en la espalda o sino que la dejara, porque que había continuar. El primo Edgar no la abandonó y se quedó prestándole auxilios, pero no lograba estabilizarla.
Según Argelia Morales, (la tía de Yaressi), Edgar contó que empezó a tener convulsiones y asfixia hasta fallecer en sus brazos. El joven sufrió tanto como ella. Para salvar su cuerpo de los animales carroñeros, Edgar tuvo que lanzar piedras, tierra y palos. Hasta que logró aislar el cuerpo en un lugar seguro y lo tapó con prendas que traían ambos y se ayudó con rocas para taparlo. Salió a buscar ayuda y para no perder el camino de regreso hacia marcas en el suelo y dejaba rastros con piedras en fila por donde pasaba, hasta que la patrulla fronteriza lo atrapó, Edgar fue arrestado y les indicó el lugar donde yacía el cuerpo de Yaressi.
La joven mujer terminaba así un periplo de 12 días sin descansar a plenitud, durmiendo a destiempo, insuficientemente alimentada, agotada de tanto viaje, de ir i venir. Su mente estaba tan agotada como su físico. Ella no estaba preparada para soportar el calvario de un destierro, de una deportación y no estaba preparada para enfrentarse a tomar positivas decisiones. Estaba insegura de su futuro y esto es lo que da el hecho de ser joven indocumentado y al estrellarse contra lo que llaman el “muro invisible” que solo se comprende a cuando se sale a buscar trabajo.
La gente les dice que regresen a su país, pero ¿adónde deben ir?”, A cuál país, sino lo no conocen, porque de ese país que alguien algún día les habló, no tienen ni los recuerdos. Estos jóvenes que son cientos, tal vez miles o millones, se encuentran en limbo migratorio. No hay fila para alguien como ellos en los procesos migratorios. Este es el único país, los Estados Unidos, que la mayoría solo han conocido.
OPINIONES
RAUL GARCIA, ABOGADO DE INMIGRACION
“A los jóvenes que se encuentran en un caso como el que vivió la joven, lo recomendable es que actúen bajo la ley, que hay situaciones que se pueden resolver y que cuando se está indocumentado se debe ser responsable porque hay leyes y el deber de una corte es hacerlas cumplir. Pero pienso que estos jóvenes han ingresado sin ninguna culpa al país, ellos no escogieron ese futuro. Pero también pienso, que estos jóvenes tienen mucho que aportar a la nación, son un gran potencial y que debe de pasar una ley justa para resolver este tema, para que tal vez no pasen más casos como el de la joven.
El Dream Act puede ser la vía para otorgarles una ley de beneficios y no es un regalo. Ellos se han educado, se han acogido al sistema y lo respetan. El mensaje de mi parte para los jóvenes mientras tienen una ley que los favorezca, es que se porten bien, cumplan las leyes, no se metan en problemas porque las leyes las aplican y están tienen consecuencias”.
ARGELIA MORALES, TIA DE YARESSI
Cuando ella llegó, Yo le brindé todo mi apoyo para que se quedara en Monterrey. Le aconsejé que se diera un tiempo largo para estar acá en su tierra y a ella le gustó la idea. Se sorprendió con las montañas y la belleza del lugar. Quería quedarse pero al otro día cambio de idea y se marchó. Yo pienso que esta era la oportunidad de cambiar su vida, pero no fue así. Ya hoy en día no vale la pena que los niños y jóvenes corran tanto riesgo. Nuestros jóvenes mexicanos se están sometiendo a vidas y momentos que no les corresponden. Hay que luchar y esforzarse por mantenerse en México. No es justo a lo que se sometió mi sobrina. A una muerte tan temprana y aterradora”
GRACIELA BANDA, ABUELA DE YARESSI
“Cuando estaba en Monterrey le dije… no te vayas hija quédate, esta es tu tierra. Naciste aquí, quédate. Tú hablas inglés, lo escribes, lo lees, acá encuentras un trabajo. Quédate por lo menos un año. Pero me dijo: ‘Abuela, dame la bendición’ y se fue…”.